Los datos duros del INEGI
Duro golpe recibió el equipo de los morenistas en la capital del país al enterarse a primera hora de la Encuesta sobre Seguridad que presenta cada tres meses el INEGI. No saben qué más les dolió, si el hecho de que la alcaldía Benito Juárez aparece en primer lugar en materia de percepción ciudadana en seguridad o que la demarcación Iztapalapa sea la última. Esto en tiempos electorales, y cuando los dos principales contendientes son Santiago Taboada y Clara Brugada, resultó oro molido para los opositores que de inmediato salieron a replicarlos; mientras que la administración central trató de deslegitimar los datos de la dependencia federal. No hay que olvidar que los datos duros mandan y la seguridad es el tema que más importa a los chilangos, quienes ya sacarán sus conclusiones.
Poco duró el ‘compadrazgo’ de Lobo y Janecarlo
Quienes los conocen sabían que era una mera pantalla el “compadrazgo” que quisieron proyectar los diputados locales Víctor Hugo Lobo y Janecarlo Lozano, y tenían razón. Resulta que la semana pasada al candidato de Morena para la Alcaldía Gustavo A. Madero, Janecarlo Lozano, se molestó porque Lobo le mandó una lista de los representantes de casilla para las próximas elecciones, pero sin los números telefónicos. Aunque el proceder de Lobo fue plan con maña, pues no quería que Janecarlo los contara como suyos. Del problema se percataron los seguidores del candidato a la alcaldía GAM, cuando Lobo organizó un evento con vecinos de la demarcación, y el invitado especial fue Omar García Harfuch; a Janecarlo ni siquiera lo invitó. Hay quienes ya mencionan que tanto Lobo como Francisco Chiguil podrían jugarle la contra a Janecarlo.
Los diputados locales con licencia
Con eso de los enormes gastos que genera una campaña política, los 12 diputados locales con licencia, quienes buscan una alcaldía o reelegirse en el Congreso local, reciben íntegramente su salario, mientras que a su suplente y asesores sólo les dan “una propina”. Obviamente, esto ha generado descontento en los legisladores suplentes, quienes, en ocasiones, no tienen ni para poder llegar a las sesiones ordinarias en el Antiguo Palacio de Donceles. De allí que entre ellos mismos hacen la coperacha para darles algo a sus asesores, que están peor que ellos. Esto ha generado las constantes faltas de los legisladores sustitutos, que sólo ven pasar los cheques, aunque eso sí, ellos tienen que firmar los comprobantes, por lo que no saben si reír o llorar. Pero eso sí, todos están enojados.