¿Cabrón o pendejo?
Columnas lunes 25 de octubre de 2021 - 01:00
Antes que nada me disculpo por el lenguaje que para algunos pudiera parecer altisonante, pero no encuentro mejores palabras para describir el contraste que a continuación intento expresar.
En ocasiones, las personas nos comportamos de manera amable y empática con los demás, y también hay quien tiene la tendencia a comportarse de manera egoísta o individualista, anteponiendo sus propios intereses, ideas o puntos de vista por encima de los intereses de otras personas.
Si bien es cierto que el primer deber del ser humano es el autocuidado, y que el amor propio constituye la base de todas las relaciones sociales, (recordemos la frase "amarás a tu prójimo como a ti mismo); también es cierto que debe distinguirse ese amor propio, del puro egoísmo.
No se trata de sentirse más "chingón" que los demás, ni de imponer la voluntad propia por encima de los intereses de otros, o tratar de sacar ventaja para uno mismo de cualquier situación.
Lograr el éxito no significa pasar por encima de los demás. No podemos olvidar que la convivencia social armónica está basada en relaciones sanas y adecuadas al interior de la familia, la comunidad el centro de trabajo y cualquier otro espacio social, y esto nunca se logra "a la mala".
Yo en lo personal prefiero que me critiquen de ser excesivamente amable y tolerante con otras personas, hasta llegar al grado de ser calificado como "pendejo”, en lugar de ser una persona egoísta, que se siente más que los demás, y hasta presumir de ser bien "cabrón".
Es mucho más fácil que las personas prefieran la actitud (y el calificativo) de "cabrones" y no de "pendejos". Pero una sociedad de "cabrones" no tendría viabilidad para subsistir. Si cada persona pensara únicamente en su propio bienestar, a costa de lo que sea, no alcanzarían los recursos, bienes o satisfactores de necesidades. Todos nos quedaríamos sin elementos para subsistir.
El diccionario define la palabra "cabrón" como una persona astuta, mientras que el término "pendejo" se aplica a alguien que se considera pusilánime o cobarde.
Pero si un cabrón es astuto, taimado y logra "hacer lo que le venga en gana" y un pendejo es aquel que se ajusta a las normas, prefiere evitar el conflicto y es tolerante; la actitud de "pendejo" haría más funcional una sociedad y no nos condenaría a la extinción.
Claro está, que en ningún caso es deseable ir a los extremos. Como señaló Aristóteles, "la virtud es el justo medio entre dos extremos". Sin embargo, a diferencia de muchos, si tuviera que elegir, prefiero ser tachado de "pendejo" que de "cabrón". Al final, cada quien verá hasta dónde lo lleva una u otra actitud.
Flor de Loto: ¿El fin justifica los medios? O ¿cosechas lo que siembras?
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/CR
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