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En ocasiones, sin darnos cuenta nos encontramos sumidos en la rutina y entramos en un bucle de conformismo del que no sabemos salir. Esto ocurre muchas veces en nuestra vida personal, pero en otras sucede en el plano laboral. Años ocupando el mismo puesto sin expectativas ni motivaciones, simplemente funcionando con el automático puesto. Tranquilo, no es culpa tuya y tampoco eres el único al que le ha ocurrido alguna vez, y es que es más común de lo que imaginas. Vivimos en una sociedad que se mueve casi por inercia, y muchas veces es muy complicado a pararse un segundo a observar si realmente llevamos la vida que queremos. Nuestro bienestar laboral tiene un impacto directo en nuestro futuro y en nuestra vida personal, por lo que mejorar el compromiso de los empleados es una tarea más que obligatoria que debería tener todas las empresas. Te contamos por qué.
Todas las empresas se encuentran en cambio constante, ya que están influenciadas por el paso de tiempo, la llegada de nuevas tendencias o la creación de nuevos puestos de trabajo indispensables para su crecimiento. Es por esto, que es fundamental que los profesionales estén preparados para asumir perfectamente todos estos cambios, y aquí entra en juego el papel del desarrollo profesional. En este caso, permite a los trabajadores estar totalmente actualizados y listos para embarcarse en los caminos que decida una empresa en constante evolución. Enfrentar los desafíos de forma saludable y aprovechar las oportunidades es uno de los principales objetivos del desarrollo profesional.
El desarrollo profesional siempre ofrece oportunidades para crecer en el ámbito profesional, impactando directamente en el personal. Se entiende que es una carrera de fondo en la que el aprendizaje es constante y los trabajadores pueden alcanzar nuevas metas en sus carreras, sintiéndose satisfechos con su trabajo y realizados personalmente. Inevitablemente, esta satisfacción se traduce en un mayor compromiso con la empresa, manteniendo la motivación para proponerse retos nuevos.
En cualquier caso, el desarrollo profesional no solo se trata de adquirir conocimientos sin parar, ya que también es una forma de construir confianza en uno mismo y en las propias habilidades. Es cierto que, como comentábamos anteriormente, mientras los trabajadores enfrentan desafíos y resuelven problemas, su confianza y autoestima se ve beneficiada considerablemente.
En una empresa en la que el desarrollo profesional es un indispensable, los trabajadores son conscientes de que pueden crecer dentro de la empresa, que su esfuerzo siempre tendrá recompensa y que su calidad de vida puede mejorar en función de la evolución en su lugar de trabajo.
Las empresas que fomentan el desarrollo profesional, además de demostrar un compromiso real por el crecimiento y bienestar de sus empleados, también dejan claro que están apostando por su propia empresa. Este enfoque no solo ayuda a los trabajadores, sino que también contribuye al crecimiento general de la empresa provocando que el talento no se vaya.
Seguro que tienes algún familiar, amigo o alguien cercano muy talentoso en su trabajo que ha tenido que abandonar su puesto porque no se sentía valorado o porque las condiciones laborales no eran las que necesitaba. Esto ocurre todos los días en muchas empresas de todo el mundo. La fuga de talentos es un hecho, por lo que las empresas más destacables están apostando por cuidar a sus trabajadores para que crezcan y promocionen dentro de la empresa, consiguiendo dar a corto, medio y largo plazo más prestigio a la empresa.
También es muy importante recalcar que la rotación constante de personal no beneficia en absoluto al clima laboral de una empresa. Al fin y al cabo, pasamos gran parte del día en nuestro puesto de trabajo, por lo que lo ideal es que el concepto ‘familia’ esté presente también en la empresa. Si se producen cambios en la plantilla de manera continuada nunca llega a haber una conexión plena entre los trabajadores.
Nunca hay que olvidar que una de las grandes cosas que nos mueve al ser humano son las emociones. Si no emocionas, no vendes. Esto ocurre en muchas empresas de marketing, pero no dista demasiado del resto y de la vida cotidiana. Sentirse valorado es una emoción tremendamente positiva que puede tener un increíble impacto en la productividad de un trabajador. Y sentirse valorado no se trata de dar palmadas en la espalda. Es compañerismo, es saber que si trabajo duro tendré mi recompensa, es saber que puedo crecer dentro de la empresa, es sentirme seguro y saber que mi trabajo no corre peligro. El desarrollo profesional va mucho más allá de adquirir competencias, es crear en el trabajo un ambiente que sea capaz de hacer sentir realizado a los trabajadores, provocando que no solo su vida laboral sea exitosa, sino que también lo sea en consecuencia su vida personal.