AFP
"Una jornada de estrés". La novena etapa del Tour de Francia, que se disputa el domingo en los caminos blancos alrededor de Troyes, presenta varios peligros para los candidatos al triunfo final.
Innovación en la Grande Boucle, los 14 sectores de grava blanca en el programa de esta vuelta Troyes-Troyes constituyen una mini París-Roubaix susceptible de terminar con las esperanzas y las ambiciones en una caída o un pinchazo.
"No creo que se pueda ganar el Tour en esta etapa, pero se puede perder", resumió Remco Evenepoel, segundo en la general, con poca experiencia en este terreno, al contrario que el maillot amarillo Tadej Pogacar.
Decidida a no proponer más de dos etapas de esprint masivo consecutivas, la organización optó por estos caminos entre viñedos en el Aube (32 km de los 199 de la etapa) para romper la rutina y "dinamizar las cosas".
"Para nosotros estos caminos blancos son una novedad. Existían en el origen del Tour de Francia, pero en los últimos 60 años no lo creo", explicó el director de la carrera, Thierry Gouvenou, a la AFP.
A algunos no les gusta esta novedad. El director del Visma-Lease a bike, el equipo de Jonas Vingegaard, lamenta una iniciativa "inútil" que expone demasiado a los ciclistas a la mala suerte. Patrick Lefevere, jefe del Soudal-Quick Step, comparte su opinión: "Totalmente en contra", al considerarla "una estupidez" porque "un pinchazo puede romper todos los esfuerzos anteriores".
- El ejemplo toscano -
Proponer recorridos no asfaltados es un fenómeno de moda en el ciclismo, a imagen del 'gravel', un camino medio entre la ruta y el VTT. Una carrera como la Strade Bianche, en los caminos blancos de la Toscana, se ha convertido rápidamente en una de las preferidas de los ciclistas.
Pero el domingo se debería ver un gran espectáculo. "La parte del viñedo es muy bella. Sus caminos son en subida o en llano, no hay descenso, pero se irá rápido, principalmente al final, donde los seis sectores se encadenan muy rápido", explica Gouvenou.
El terreno se ajusta de maravilla a las cualidades de los amantes de las clásicas como el campeón mundial Mathieu van der Poel, doble vencedor de la París-Roubaix, y Wout van Aert, que tiene marcada esta etapa.
También estará a la expectativa Pogacar, al que le gusta este tipo de recorridos, como se demostró en la Strade Bianche, que ganó en marzo tras una aventura en solitario de 81 kilómetros.
La salida está prevista a las 11h15 GMT (real a las 11h35 GMT) y la llegada a Troyes a las 16h00 GMT (horario calculado con una media de 45 km/h).
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