Por Óscar Reyes Flores
La jueza Alicia Basurto García declaró culpable a Benjamín “N” como responsable por envenenar a Athos y Tango, dos perros rescatistas en el estado de Querétaro.
Por lo que tendrá que pasar 10.5 años de prisión, la cual es la pena mínima, ya que se tenía previsto que pasara 18 años como la máxima; además, tebdrá que pagar 2.3 millones de pesos en reparación del daño.
Durante la tarde de este martes, la jueza convocó a una sesión de individualización para dictar la sentencia aplicable a Benjamín “N”, quien asesinó a ambos perros en junio de 2021.
El dictamen de la jueza contempla que por Athos, Benjamín “N” deberá pagar una reparación de 2.1 millón de pesos, mientras que por Tango 223 mil 548 pesos, más 12 mil 600 pesos que es el monto de gastos veterinarios.
La resolución del caso también contempla más de 17 mil pesos por daños psicológicos y 50 mil pesos por daño moral. Asimismo, tendrá que pagar una multa de mil 200 UMAS, lo que equivale a 115 mil pesos.
El equipo USAR (Búsqueda y Rescate Urbano, por sus siglas en inglés) lamentó la muerte de Athos, un perro de la raza Border Collie, que fue envenenado con salchichas.
“No existe una forma exacta de describir nuestro dolor, hemos perdido a un compañero incondicional, un especialista que dedicó su vida a servir sin pedir nunca nada a cambio, sus patas marcadas con cicatrices por pisar escombros y aún así continuar en la búsqueda, fueron testigo fiel de su incondicional amor por los humanos”, informó el escuadrón de rescate.
Mientras que Tango, pertenecía a la Cruz Roja Mexicana y servicia para dar terapia psicoemocional a las personas que tenían algún tipo de padecimiento con las emociones.
Hecho “histórico” en Querétaro
Considerado como el primer juicio penal “histórico” en Querétaro, el caso del envenenamiento de Athos y Tango es considerado como la base para la protección de animales de compañía en el estado.
De acuerdo con la Organización No Gubernamental (ONG) Grupo ABC, a partir del 13 de junio de 2021, los activistas mostraron su indignación en contra de la muerte de ambos perros que fueron entrenados para dar asistencia a diferentes problemas sociales.
Desde aquel momento, los activistas se juntaron para exigir justicia en los Juzgados de Oralidad Penal de Querétaro, ubicados junto al Centro de Rehabilitación Social (Cereso).
Foto: Especial