Joaquin Phoenix, reconocido como uno de los grandes actores de la historia del cine, ha dejado una marca imborrable con su interpretación del legendario Joker y otros papeles destacados. Sin embargo, tras su éxito en la pantalla, emerge una oscura sombra proveniente de su pasado ligado a una secta peligrosa.
La infancia de Joaquin Phoenix estuvo envuelta en misterio, en gran parte debido a la pertenencia de su familia a una de las sectas más temibles en la historia. Acusados y perseguidos por crímenes atroces como la trata de personas, la pedofilia y la estafa, esta secta dejó un rastro de destrucción a su paso, afectando a múltiples generaciones.
Los padres de Joaquin se unieron a esta secta durante los turbulentos años 60, cuando muchos jóvenes buscaban respuestas en medio de la guerra de Vietnam y anhelaban la paz y la libertad. Fue entonces cuando David Berg, líder de la secta, atrajo a la familia Phoenix con sus enseñanzas que distorsionaban la Biblia y promovían un amor sin restricciones, llegando incluso a glorificar el aspecto sexual.
Berg elaboró escrituras conocidas como las Cartas a los Niños de Dios, que se comercializaban en todo el mundo, atrayendo a numerosos seguidores a través de misioneros que propagaban su mensaje. Sin embargo, detrás de estas enseñanzas se ocultaba una realidad perturbadora de abusos y explotación.
La secta utilizaba tácticas coercitivas y de manipulación para reclutar a miles de personas, estableciendo sedes en diversos países. Berg se mantuvo en constante movimiento para evadir la justicia y mantenerse a salvo de las autoridades.
Fue en 1993 cuando la secta fue desmantelada en América Latina gracias a la valiente denuncia de Ruth McKee de Frouman, una madre cuyos hijos habían sido captados por la organización. Durante los allanamientos, se rescató a aproximadamente 268 niños y se arrestó a 30 miembros de la secta, aunque muchos de ellos quedaron impunes debido a la falta de pruebas contundentes.
Tras este episodio, la familia Phoenix dejó Argentina y poco después, David Berg falleció en Portugal, sin haber enfrentado la justicia por los crímenes denunciados públicamente. Aunque Joaquin y su familia lograron escapar de la influencia sectaria, las cicatrices emocionales perduran.
La historia de Joaquin Phoenix es un testimonio de resiliencia y superación, pues ha logrado sobreponerse a los oscuros capítulos de su pasado y brillar en su carrera artística. Su talento y dedicación han llevado a convertirse en uno de los actores más destacados de su generación, dejando atrás la sombra de la secta que amenazó con eclipsar su vida.
Foto por AFP