Ante el deterioro progresivo de las palmeras en la Ciudad de México, la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) ha iniciado un programa de sustitución de estas plantas por especies endémicas del Valle de México. Factores como el cambio climático, la contaminación y su limitada adaptación al ecosistema capitalino han provocado la muerte de muchas de estas palmeras, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas para fortalecer la biodiversidad urbana.
Las palmeras Canarias (Phoenix canariensis) fueron introducidas en la capital en la década de 1940 debido a su resistencia y atractivo estético. Sin embargo, al no ser originarias del ecosistema local, han sido vulnerables a plagas y enfermedades, lo que ha acelerado su deterioro. Según datos de SEDEMA, la ciudad cuenta con 12,302 ejemplares censados, de los cuales más de 5 mil serán reemplazados por especies como Ahuehuetes, Pirúles, Cazaguates y Capulines.
Uno de los casos más emblemáticos de esta transición fue la retirada de la histórica palmera en la Glorieta de la Palma, ubicada en Paseo de la Reforma. En abril de 2022, la palmera fue sustituida por un Ahuehuete, aunque el ejemplar inicial no sobrevivió debido a fallas en su plantación. Posteriormente, fue reemplazado por otro Ahuehuete, que continúa en crecimiento a pesar de intentos de vandalismo en 2023.
El programa de reforestación impulsado por SEDEMA no solo busca embellecer la ciudad, sino también mejorar la conectividad ecológica y aumentar la resistencia del arbolado urbano ante los efectos del cambio climático. La sustitución de las palmeras por árboles nativos contribuirá a una mayor estabilidad ambiental y al fortalecimiento del ecosistema capitalino.