La dona, rosquilla, dónuts, berlinas, etcétera, está de fiesta. El primer viernes del mes de junio se celebra el Día Mundial de la Dona, una celebración que inició en Estados Unidos y se ha expandido alrededor del mundo.
Durante la Primera Guerra Mundial, un doctor estadounidense repartió donas a varios soldados heridos para alegrarlos.
Entre ellos estaba un teniente que, conmovido por el gesto, organizó una colecta para que el doctor pudiera seguir repartiéndolas a los soldados lastimados.
El Ejército de Salvación (The Salvation Army), se unió al movimiento y mandó 250 personas a Francia para ayudar con la iniciativa. Para honrar ese gesto esa organización celebró el primer Día de la Dona en Chicago, en 1938 y estableció el primer viernes de junio como su día.
Este delicioso postre se remonta al dulce navideño holandés oliebollen (bolas de aceite) en el siglo XVI.
Sin embargo los olykoeks tenían un problema, mientras que los bordes se freían a la perfección el centro de la masa quedaba crudo.
En 1847 un marinero estadounidense llamado Hanson Gregory decidió buscar la solución al problema y luego de varios intentos tomo una lata y con ella le quito el centro a la masa.
Así fue como nació la dona que todos conocemos. Existen dos tipos de donas: la toroidal (la clásica) y la dona rellena.
No te quedes fuera de la celebración y corre a comprar a la tienda a comprar las clásicas Donas Bimbo, las de Krispy Kreme o la de tu panadería de confianza.
O ya si buscas algo más gourmet están:
Las de Catamundi, donde la favorita es la de tocino.
Las de Montoneras con gran variedad de rellenos desde helado y frutas.
Las de The secret donut society que están cubiertas de bombones hasta chocolates Ferrero.
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