El fenómeno de El Niño desencadeno consecuencias ambientales devastadoras en vastas áreas de Colombia, repercutiendo de manera directa en la economía del país. La sequía en el Caribe colombiano ha generado complicaciones significativas en la cría de animales y, como resultado, ha impactado la producción de alimentos esenciales como la leche y la carne.
En palabras del director de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), César Pinzón, la sequía ha afectado de manera "contundente" al sector de la acuicultura, especialmente en el cultivo de tilapia, cuya principal fuente de producción, el recurso hídrico, ha escaseado. Según Pinzón, aproximadamente el 85% del cultivo de tilapia en el Caribe desapareció, y a nivel nacional se registra una disminución del 20%, lo que implica una producción anual que rondará las 100,000 toneladas.
La trucha también sufrio las consecuencias de la sequía, aunque en menor medida que la tilapia. A pesar de no experimentar afectaciones tan severas, el mercado ha presenciado una disminución en la producción de trucha, que se redujo a 29,000 toneladas, marcando una diferencia del 12% en comparación con el año anterior y deteniendo el crecimiento del sector, que mantenía un aumento del 10% anual.
Ante esta situación, algunos acuicultores optaron por cambiar a la producción de panga, una especie de pez de agua dulce cuya comercialización no está permitida en Colombia. César Pinzón señaló que, lamentablemente, la producción de panga ya alcanzó las 35,000 toneladas, una cifra significativamente elevada.
Según Agronegocios, la producción de panga, también conocida como basa o pangasious, no solo se ha convertido en una alternativa para los acuicultores en tiempos de desafíos climáticos, sino también en términos económicos.
Las repercusiones del fenómeno de El Niño se han traducido en la pérdida masiva de animales en varios departamentos de la región Caribe, incluyendo Córdoba, Cesar, La Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar y Sucre. En estos departamentos se han registrado 6,253 cabezas de ganado muertas, con Bolívar documentando más de 460 bovinos fallecidos y otros 29,320 desplazados en 17 municipios.
Los animales, privados de acceso a alimentos adecuados, han enfrentado diversas enfermedades, evidenciándose en vacas y terneros en condiciones de delgadez y debilidad.