Por Claudia Bolaños
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Ante la falta de respuesta del Gobierno de la Ciudad de México, un grupo de unos 70 trabajadoras y trabajadores sexuales elaboraron un refugio en plena calle, a un costado del Metro Revolución, para pasar allí la temporada de aislamiento social.
Se trata de personas que viven al día, y que ante la falta de clientes, no han podido pagar el alquiler de viviendas o cuartos de hotel donde viven y que les cuestan unos 170 pesos en promedio.
Ellos y ellas piden el apoyo de la sociedad para que les donen, trastes, cobijas y alimentos, pues aunque pidieron un inmueble para usarlo como refugio durante esta temporada, no recibieron respuesta.
Para ello, grabaron un video en el que se observa que a un costado del metro Revolución como colocaron su campamento con base de sábanas y cobijas que, en caso de lluvia, tendrían que desalojar.
También la asociación civil Brigada Callejera informó que estas personas fueron desalojadas de los hoteles de paso donde alquilan habitaciones y que incluso algunos allí viven con sus padres, o hijos.
Así es que la alcaldía Cuauhtémoc prestó el Deportivo Cuauhtémoc, ubicado frente al inmueble oficial, y donde se les dio alojamiento sólo por dos días, sin acceso a sanitarios ni regaderas.
Pero al paso de un par de días, fueron sacados pues se justificó que no podían tenerlos allí, pues se había ordenado evitar aglomeraciones y sólo se daría entrada 30 personas.
“Así es que sin dinero, y volviendo a ser desalojadas, estas personas decidieron quedarse en la calle”, narró Jaime Montejo, vocero de Brigada Callejera, quien lamentó que las autoridades no pongan la debida atención a este sector cuando habían prometido apoyos y ayuda para albergarlos.
Además, sólo les dieron mil pesos a través de una tarjeta para 300 personas vinculadas con esta asociación, las cuales aún no pueden ser cobradas y no saben hasta cuando. La promesa fue que serían 2 mil pesos por lo menos tres meses y una despensa cada 30 días.
Montejo señaló que el burocratismo generó esta situación, pues sí antes era difícil, ahora que la mayoría de los servidores públicos hacen home office, se dificulta más un buen resultado en sus funciones.