El cuarto día del paro nacional de camioneros en Colombia, desencadenado por el alza en el precio del diésel, ha llevado a una intervención directa de las fuerzas policiales en Bogotá, donde varios bloqueos mantenidos por manifestantes han sido dispersados por la fuerza. El cuerpo antimotines de la Policía, actuando bajo órdenes del Gobierno nacional y distrital, se desplegó desde tempranas horas de este jueves en puntos clave de la ciudad, donde la movilización ha afectado gravemente el tránsito y la actividad económica.
En la autopista norte, a la altura de la calle 183, una de las principales vías de acceso a municipios como Chía, Cajicá y Zipaquirá, la Policía antidisturbios (UNDMO) utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban la vía. Además, las autoridades retiraron una tractomula que los camioneros habían atravesado en la carretera. Ante la acción policial, algunos manifestantes respondieron lanzando piedras, mientras retiraban sus ollas comunitarias. Situaciones similares se vivieron en otros puntos de concentración, como en el Alto del Moral, en la vía Bogotá-Tunja.
Al sur de Bogotá, en las inmediaciones de la estación Molinos de TransMilenio, sobre la avenida Caracas, también se presentaron disturbios. La Policía, con tanquetas antimotines y grúas, intervino para levantar el bloqueo. En respuesta, los manifestantes arrojaron objetos contundentes y denunciaron abusos por parte de las autoridades. Sin embargo, en poco tiempo, el tráfico vehicular comenzó a restablecerse, según confirmó la Alcaldía local de Rafael Uribe Uribe.
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, detalló que se intervinieron cinco puntos críticos de la ciudad con la ayuda de 1.200 agentes y seis drones. Entre los puntos mencionados están la planta de Cemex en la vía al Llano y el Puente San Carlos en el sur de la ciudad. Aunque se lograron despejar varias zonas, nuevos bloqueos surgieron cerca del municipio de Chipaque, en la carretera hacia Villavicencio.
El impacto económico del paro ha sido considerable. Según el alcalde Galán, Bogotá ha registrado pérdidas de aproximadamente 30.000 millones de pesos, con sectores como la hotelería y la gastronomía gravemente afectados. Además, la central de insumos de Corabastos ha visto una disminución del 55% en la entrada de alimentos, lo que ha generado un aumento del 29% en los precios de frutas y verduras.
La situación sigue siendo tensa, y tanto el Gobierno nacional como los gremios de transportadores no han logrado llegar a un acuerdo que permita poner fin a las manifestaciones. Mientras tanto, las autoridades continúan evaluando la posibilidad de intervenir en otros puntos bloqueados en la capital y otras regiones del país.