La Casa Blanca responde contundentemente a la propuesta del eurodiputado Raphaël Glucksmann de retornar el emblemático monumento a Francia.
La administración del presidente Donald Trump desestimo firmemente la propuesta del político francés Raphaël Glucksmann de devolver la Estatua de la Libertad a Francia. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró: "Absolutamente no. Mi consejo para ese político francés anónimo de bajo rango sería recordarle que es solo gracias a Estados Unidos que los franceses no hablan alemán ahora mismo".
Glucksmann, miembro del Parlamento Europeo por La Francia Insumisa, sugirió en una convención de su partido que Estados Unidos, bajo la administración Trump, ya no encarna el espíritu del monumento que Francia regaló en la década de 1880 para formalizar los lazos diplomáticos y consagrar el concepto de independencia estadounidense y el fin de la esclavitud. Criticó la alineación actual de Estados Unidos y el despido de científicos que abogan por la libertad científica.
La Estatua de la Libertad, inaugurada el 28 de octubre de 1886, fue un regalo de Francia a Estados Unidos como símbolo de amistad y de los valores compartidos de libertad y democracia.
La propuesta de Glucksmann surge en medio de preocupaciones por los despidos de científicos y recortes en la financiación de la investigación en Estados Unidos. El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha despedido a miles de científicos y líderes de salud pública desde el inicio de la segunda administración Trump, lo que podría socavar a los institutos de investigación que dependen de estos fondos para su mantenimiento y operaciones diarias.
No está claro cómo Francia podría obligar a Estados Unidos a devolver la estatua, ya que es propiedad del gobierno estadounidense. Tal medida también podría agravar las tensiones diplomáticas que el presidente francés, Emmanuel Macron, intenta calmar con el presidente Trump, especialmente en el contexto de las negociaciones para poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania.
La respuesta de la Casa Blanca subraya la importancia histórica de la colaboración entre Estados Unidos y Francia durante la Segunda Guerra Mundial y destaca la percepción de que el regalo de la estatua simboliza valores compartidos que trascienden las administraciones políticas actuales.
Foto por AFP