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El particular encuentro entre un joven Ministro de Educación y un pequeño gato amazónico

El particular encuentro entre un joven Ministro de Educación y un pequeño gato amazónico

Global miércoles 09 de octubre de 2024 -

En una típica mañana capitalina, fría, cargada de lluvia y con un cielo de color plomizo, aterrizó el "Ministro" a Bogotá. Unos cuántos sabían y el anuncio de su llegada causó gran alboroto y expectativa. Es que la llegada de un nuevo habitante al edificio ministerial en el Centro Administrativo Nacional siempre es noticia, es un motivo de expectativa y múltiples preguntas para los moradores permanentes de este lugar, quiénes a través de los años pueden registrar en su memoria los ires y venires de tantos visitantes.

Y llegó. Todos, con gran inquietud, esperaban a que saliera del carro, para conocerlo y sacar sus propias opiniones sobre cómo sería el Ministerio de Educación de aquí en adelante con la presencia de este nuevo residente.

Descendió del carro acompañado por sus escoltas. Vestía de traje negro y brillante que destacaba su larga silueta esbelta y su caminar sinuoso. Al Despacho del Ministro todos fueron llegando porque lo querían conocer y tanta expectativa no fue en vano, quedaron encantados y felices porque este felino, a quien bautizaron Ministro en medio de las aguas del río Amazonas en Leticia, ahora hace parte de los residentes del Ministerio de Educación.

Pero ¿Dónde inició esta historia? ¿Por qué un gato recorre oficinas y corredores del MinEducación? Esta historia ocurrió cuando Daniel Rojas Medellín, ministro de Educación de Colombia, viajó al departamento de Amazonas para hacer la entrega de la nueva y mejorada Institución Educativa Francisco de Orellana ubicada en el resguardo indígena de Macedonia.

Ministro de Educación Daniel Rojas y el gato amazónico
En su travesía hacia esta importante institución que beneficia a 10 comunidades indígenas de ocho etnias del Amazonas, el pasado jueves 26 de septiembre el Ministro Daniel se dirigía al punto de embarque para zarpar en la lancha que lo llevaría junto con los demás funcionarios, por las caudalosas aguas del río Amazonas hasta el resguardo que se encuentra a unos 55 kilómetros de Leticia capital del departamento.

Aunque el Amazonas en un majestuoso e imponente río, a su paso por Leticia se nota disminuido debido a las sequías y otros factores que afectan su caudal, por lo que el anterior punto de embarque estaba sobre una delta del río, pero como ya no hay agua que separe la orilla de la delta, se debe recorrer un trecho a pie hasta "La isla de la Fantasía", como se conoce este punto y lugar dónde ocurrió este encuentro tan particular entre un joven Ministro de Educación y un gatico con aspecto de pantera.

Fue así, como Daniel atravesó el puente artesanal de madera, bajo el inclemente sol matutino y justo allí un gatito negro le sale al encuentro. El curioso Ministro quedó fascinado al ver el pequeño felino, tanto que se aventuró a pronosticar: Si a nuestro regreso de la entrega del colegio, el gato aún está en este lugar, debe ser que está desamparado y lo deberíamos adoptar.

La jornada transcurrió y los niños, niñas y jovencitos del resguardo de Macedonia recibieron con alegría y alboroto su nuevo colegio y quedaron felices disfrutando tanto de las comodidades de esta institución en medio de la selva, como con la visita del Ministro Daniel, quien cumplió con la razón de su viaje al mágico Amazonas.

Cae la tarde y con el ocaso termina la jornada. Todos regresan a Leticia, pero nuevamente deben transitar a pie para cruzar "La Isla de la Fantasía" y retornar a la ciudad.

Cuando se acercaba el fin del trayecto, todos inquietos y expectantes se preguntaban ¿Estará o no estará el gatito?, y sucedió, sí sucedió.... el pequeño felino nuevamente salió al encuentro con el Ministro, en el mismo punto, exactamente dónde horas antes lo había escogido, en una clara señal de cómo el destino puede unir y entrelazar las historias de personas y animales. A esta conclusión llegaron quienes presenciaron este episodio en el que el gatito escogió a Daniel para que hiciera parte de su vida. Se aplica así el adagio que reza que uno no escoge a los animales, sino que ellos son los que nos escogen.

Nadie reclamó potestad sobre el felino, y tal como lo había presagiado el Ministro, este dócil gato no opuso resistencia y fue tomado en brazos para integrarlo al grupo de servidores del Ministerio de Educación que llegó a Leticia con el propósito de entregar un colegio y a cambio la naturaleza les obsequió un testimonio de vida.

Ya en Leticia otras tantas anécdotas rodearon el encuentro y todo el proceso legal de adopción que permitió cambiar de residencia a "Ministro" para traerlo a Bogotá. Su nombre no fue una casualidad, puesto que con esta elección gatuna sobre Daniel Rojas de qué otra forma podría llamarse este nuevo residente, sino "Ministro".

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JA/CR

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