Por Óscar Antonio Roa
El pulque ha sido una bebida tomada por los mexicanos desde tiempos prehispánicos, este proviene del maguey, el cual fue entregado por los mismos dioses para que el hombre pudiera disfrutarlo.
El mito surge a raíz de la falta de alegría por vivir en la Tierra de los hombres, los dioses buscaban una solución para que este pudiera volver a recobrar su felicidad, y así, pudiera cantar y bailar para ellos. Ante esta situación, una de las representaciones de Quetzalcóatl, Ehécatl, decidió llevar como regalo una bebida, pero no podría ser realizada sin la participación de la deidad Mayahuel.
Mayahuel, se encontraba custodiada por su abuela y sus hermanas, deidades menores muy agresivas llamadas tzitzimime. Ehécatl, al verla dormida, la despertó con cuidado ofreciéndole llevarla a la Tierra, propuesta a la que accedió.
Una vez en nuestro mundo, a sabiendas de la persecución realizada por la abuela tzitzimitl, decidieron transformarse en árboles de dos ramas, Ehécatl tomaría la forma del quetzalhuexotl y Mayahuel de xochicuáhuitl. Sin embargo, el escondite sería descubierto por las tzitzime, de lo cual resultó que la abuela cortara las ramas del xochicuáhuitl, dándoselas a comer al resto.
Entritecido por la tragedia, Ehécatl enterró los huesos de Mayahuel, acto seguido, nació la planta conocida como metl (maguey), del cual se deriva la bebida más importante de Mesoamérica, es decir, el pulque.
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