Aunque los casos de mortalidad por Covid-19 son cada vez menos comunes en España, con más de un 90% de la población ya vacunada, las variantes y subvariantes del virus continúan sucediéndose y adaptándose a la situación.
Es el caso de BF.7, una subvariante de la cepa Ómicron detectada en España según la última actualización de la situación epidemiológica de las variantes de de Covid-19 publicada por el ministerio de Sanidad. Una mutación que comparte linaje con la subvariante BA.5 de Ómicron, mayoritaria en España y en el resto del mundo, aunque con síntomas como una mayor capacidad de transmisión del virus entre personas.
En cualquier caso, el informe de Sanidad señala que, «en conjunto, el riesgo asociado a estos linajes se considera bajo«. Su incidencia tampoco ha supuesto un aumento de la mortalidad, aunque todavía sigue siendo una subvariante minoritaria en nuestro país.
Aunque los síntomas de esta nueva subvariante son mayoritariamente similares a las de anteriores: tos, congestión nasal, mucosidad, dolor de cabeza y fatiga, se han notificado diferencias.
El BF.7 presenta una mayor capacidad de contagio, con síntomas que aparecen de forma más inmediata y requiere de periodos de incubación más cortos. Por lo tanto, no aumenta la mortalidad pero tiene la capacidad de expandirse y afectar a grandes cantidades de población en periodos de tiempo más reducidos.