Claudia Bolaños
El presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó que haya molestado mucho al reconocimiento que entregó al general el retiro Salvador Cienfuegos, y señaló que no hubo elementos para que fuera detenido en Estados Unidos, sino que se trató de una venganza de la
Administración para el Control de Drogas (DEA).
En un segundo momento en el que el mandatario tocó el tema en su conferencia mañanera, pues antes había señalado que si le dio un reconocimiento a Cienfuegos, fue por su labor como como director del Heróico Colegio Militar, cuestionó “¿por qué les molesta el reconocimiento al general Salvador Cienfuegos?".
Indicó que no sólo es por lo señalamientos que se le hacen, por el caso Ayotzinapa, pero en la investigación no hay nada
por lo que se le acuse de manera directa por esos hechos.
Mencionó que si los periodistas Anabel Hernández, Carmen Aristegui o Julio Hernández “tienen otra
información, que la den a conocer”.
Afirmó que la inconformidad en el fondo es porque su gobierno intervino ante una actuación
de la DEA que se considera violatoria de la soberanía, y porque se demostró que “le
fabricaron delitos al secretario de la Defensa del gobierno anterior”.
Manifestó también que se pudo constatar que “era una venganza” y que no había elementos
para acusarlo.
Ante ello, dijo, los de la DEA y sus representantes se quedaron “muy enojados” y “quisieran
tener un Ejército mexicano, Fuerzas Armadas mexicanas, debilitadas, sentadas en el banquillo de los acusados, para que ellos puedan hacer y deshacer en México, como se los permitía Calderón”.