Durante las próximas semanas, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) llevará a cabo un extenso operativo de inspección de árboles de Navidad importados, revisando más de 500,000 ejemplares que ingresarán a México. Este esfuerzo busca evitar que especies de los géneros Pinus y Abies, principalmente provenientes de Estados Unidos, introduzcan plagas que podrían afectar gravemente los ecosistemas mexicanos.
Para el año 2024, se proyecta que cerca de 550,000 árboles de Navidad ingresen al país, una cifra similar a la de años anteriores, cuando las importaciones rondaron los 600,000 árboles anuales. Sin embargo, esto contrasta con el periodo de 2011 a 2014, cuando el número superaba el millón de ejemplares al año, según los registros de Profepa. Aunque las importaciones han disminuido, el riesgo sigue presente, ya que estos árboles podrían traer insectos, ácaros y hongos que afecten la salud forestal.
Para mitigar este riesgo, Profepa ha establecido puntos de revisión en estados fronterizos como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. El operativo, que se extenderá hasta el 7 de diciembre, examinará cada lote en busca de plagas para proteger la biodiversidad de los bosques y las cadenas de valor del sector agrícola y forestal.
Frente a esta alternativa importada, en México existen zonas productoras de árboles de Navidad certificados, como la comunidad de Villa del Carbón en el Estado de México, la cual cuenta con la certificación del Forest Stewardship Council (FSC) que garantiza una producción sustentable. También en la Ciudad de México, las comunidades en Milpa Alta, Magdalena Contreras y Tlalpan producen árboles como el pino vikingo y el pino navideño, especies accesibles y con un agradable aroma.
Además, optar por árboles naturales en lugar de los artificiales tiene beneficios ambientales, ya que los naturales pueden reciclarse como composta y fertilizantes, mientras que los árboles artificiales, hechos de plásticos y otras sustancias tóxicas, tardan siglos en degradarse. Al comprar árboles de producción nacional, se contribuye al desarrollo económico de las comunidades y a la preservación de los bosques, impulsando prácticas sostenibles.
Foto por Cuarto Oscuro