Una niña de Gilbert, Arizona, estuvo al borde de perder una de sus extremidades tras ser mordida por una serpiente venenosa sin darse cuenta mientras caminaba en un parque local. Allie, de seis años, no notó la mordedura en su tobillo y no fue hasta 30 horas después que los médicos lograron identificar el peligro que enfrentaba.
A pesar de múltiples exámenes y radiografías, el origen de su dolor seguía siendo un misterio hasta que un informe toxicológico del Hospital Infantil de Phoenix reveló la presencia de veneno de serpiente cascabel en su torrente sanguíneo. Inmediatamente después del diagnóstico, Allie fue llevada de urgencia al quirófano para una cirugía crítica.
Durante el procedimiento, los médicos le administraron varias transfusiones de sangre y le inyectaron 40 frascos de antiveneno para contrarrestar el efecto del veneno. Afortunadamente, la niña ha respondido bien al tratamiento y ahora se encuentra en casa recuperándose. Sin embargo, deberá someterse a una nueva cirugía y a fisioterapia para recuperar por completo la movilidad de su pierna afectada.
La familia y el personal médico han expresado su alivio por la rápida intervención que salvó a Allie, recordando la importancia de estar atentos a las mordeduras de serpientes en áreas naturales donde estos reptiles venenosos son comunes.