Columnas
A riesgo de que nos vuelvan a gritar muy enfadadas desde Palacio Nacional que ya lo dejemos en paz, sin duda alguna su paso a la historia es inevitable, por el simple hecho de haber dirigido los destinos de este país, para bien y para mal. Pero también por haber hecho y dicho cosas que lo marcarán para siempre, junto a su ¿legado?
No decimos su nombre para que no se enojen en Palacio; durante los seis años anteriores nos dijeron que a México no le estaba yendo bien, tampoco muy bien, sino que le estaba yendo requetebien, que se habían acabado la corrupción, las masacres, y sobre todo, la mediocridad de un crecimiento económico injusto, que los pobres eran prioridad y que la "economía moral", cualquier cosa que eso signifique, había triunfado.
Vaya, fueron tan históricos, escribieron la historia de tal manera que incluso nos conminaron a olvidarnos de esas mediciones "neoliberales" del PIB, ya que había una nueva forma de medir el crecimiento y el desarrollo de un país, sobre todo de un país como México, bendecido y maravillado con una gran ¿transformación?, una transformación histórica.
Un pueblo mediocre como el que tenemos, sí porque duela o no y se quiera o no reconocer, una buena parte de la base social de este país es mediocre, pues todo se lo ha creído, especialmente si esas palabras van acompañadas con migajas presupuestales llamadas "becas" o apoyos sociales, es decir le enseñan y convencen de que estirar la mano es lo mejor y lo más justo, porque "antes se lo robaban", dicen que hoy ya no. Ajá.
Dicen que no son iguales a los de antes, en realidad son tan parecidos.
Lamentablemente esa transformación histórica que se supone hoy todavía vivimos, de hecho ya estamos en el segundo piso, según dicen, no ha alcanzado para convencer al mundo que ya no debemos fijarnos en el PIB como medida de crecimiento y desarrollo, sino en la "economía moral", cualquier cosa que eso signifique.
Pero en este espacio sí les podemos decir qué significa ese entuerto, la "economía moral" no es otra cosa más que la reasignación presupuestal de nuestros recursos; usted amable lector seguramente está muy contento con la beca que recibe cada dos meses, y se encuentra maravillado escuchando que forma parte de una gran transformación, una transformación histórica, usted hace parte de la historia y sus nietos lo van a recordar como uno de los protagonistas de esta gran gesta por la patria, porque "a México se le respeta", además podría dejar esta frase como legado para sus seres queridos.
Pero quizás sus nietos también lo van a recordar como el mediocre que se conformó con estirar la mano para recoger las migajas que le dejaba su mesías, no tener visión y dejarles un país mediocre, porque es muy probable que la famosa "economía moral" para entonces tenga los mismos resultados mediocres que hoy tenemos.
El PIB, guste o no, es la medida universal de crecimiento y desarrollo económicos, pueden inventar lo que quieran y el pueblo mediocre que se lo crea, pero las leyes universales son por lo general imposibles de evadir, este es el caso.
Así, en el primer año del gobierno en funciones vamos a tener un crecimiento económico que si bien será ligeramente superior al cero absoluto, al 0%, producto de los desmanes monetarios de ese personaje al que ya debemos dejar en paz, y que llevó a cabo para cooptar la elección del año pasado y arrasar junto con su partido, algo que le funcionó a la perfección.
Con lo que no contaban era con el escenario internacional, de ahí la necesidad de primero fijar en el oficialismo un PIB de entre 2%y 3% para este año, y ahora mantenerse en la necedad revisándolo tímidamente a la baja a un nivel de entre 1.5% y 2.3%, cuando todo mundo dentro y fuera del país estiman que si crecemos 0.5% nos irá de maravilla, aunque muchos ya esperan incluso un PIB negativo.
¿Y la economía moral?, ojalá no nos vayan a salir en algún momento con la definición clásica de "moral": la moral es un árbol que da moras, nos dijeron alguna vez. Quizás a eso se referían, quizás a eso y para eso se retiraron a su rancho en Palenque, a cuidar sus árboles de moras.
La economía moral amable lector le servirá a usted cada que estira la mano para recibir su beca o su "apoyo", pero cada que hace eso le deja a sus hijos y nietos una deuda para su futuro, porque este país no crece, por lo tanto la cobija presupuestal es cada vez más pequeña. Pero no se preocupe, usted no dejará de recibir su "apoyo", porque es la base y la esencia de esta gran, maravillosa e histórica transformación, eso lo resolverán o lo padecerán sus hijos y sus nietos.
Mientras tanto, ¡Viva la economía moral!, producto de esta gesta histórica que transformó al país para siempre; cuando despertemos a la realidad, lamentablemente el PIB seguirá siendo utilizado en el universo entero como medida de crecimiento y desarrollo de un país y de una sociedad. Y sí: ya déjenlo en paz.