Columnas
*A PESAR* de que las calificadoras siguen con señales de que algunas economías marchan por la senda del dinamismo; que los chinos lograron un crecimiento en su PIB superior al 5% en el primer trimestre y voces de expertos insisten en que todo va bien con respecto al crecimiento y la captación de recursos, la única verdad es que el fantasma de la recesión ya toca a la puerta de varias decenas de economías del mundo.
México no es la excepción, aunque el gabinete económico y financiero insista en lo contrario, más de una docena de variables económicas y financieras importantes -desde empleo y tipo de cambio hasta exportaciones y manufacturas-, nos indican que estamos en la senda del declive económico y probablemente no logremos crecimiento desde el primer trimestre de este año.
Este martes habrá mucha atención de los analistas económicos en dos noticias importantes: El Indicador Oportuno de Actividad Económica de México en marzo y la actualización de la Perspectiva Económica Global que publicará el Fondo Monetario Internacional. En ambas podríamos confirmar recortes sustanciales en el crecimiento de la economía global y la de México en 2025, y que sin estar aún en fase recesiva, nos enfilamos al deterioro económico.
Es necesario poner en relieve la ratificación de Fitch Ratings en la calificación crediticia de México en BBB-, que es el último escalón en grado de inversión, con perspectiva estable.
En su comunicado de hace unos días, Fitch Ratings indica que la ratificación se debe al marco de política macroeconómica prudente, las finanzas externas robustas y a que México es una economía grande y diversificada.
La decisión de la calificadora se debió a los esfuerzos del gobierno de consolidación fiscal, pues en los primeros dos meses del año la recaudación tributaria creció 10.1% frente al mismo período del año pasado, mientras que el gasto presupuestario fue recortado en 17.0%, en términos reales.
Sin embargo, Fitch Ratings señaló que la calificación podría ser recortada si: 1) se materializa un crecimiento de la deuda como porcentaje del PIB en el mediano plazo, 2) ocurre un choque más severo y prolongado a la economía, algo que podría ser consecuencia de los aranceles o 3) si las políticas del gobierno pierden consistencia o credibilidad.
Aunque el discurso de Trump contra México no incluye negociaciones que sugieran que se acabó el T-MEC, no han desaparecido las tensiones entre Estados Unidos y México, ya que el presidente Trump amenazó con imponer sanciones y aranceles ante el incumplimiento con el envío de agua a la Unión Americana, y el Departamento de Comercio no ha quitado su advertencia de imponer aranceles del 20.91% a las importaciones de tomate fresco originarias de México, a partir del 14 de julio.
La guerra comercial de Trump, lanzada en el llamado “Día de la Liberación”, ha provocado señales de alerta en el mercado de deuda pública de EU, con valor de 27 billones de dólares. Hay subastas débiles en el papel de EU, especialmente en las notas a 3 años y sus colocaciones a 10 y 30 años. La presión en ese mercado fue más ruda que la respuesta internacional a los aranceles de Trump, quien optó por pausar los aranceles por 90 días.
¿Qué viene? Afectación al crecimiento y la inflación por causa de los aranceles, que siguen vigentes y sustanciales. Esa situación le generará a EU una posición estratégica débil en la guerra comercial global, ya que enfrentar a sus principales socios comerciales, que además financian su deuda, es riesgoso cuando hay un déficit fiscal amplio y ningún plan creíble para corregirlo.
China es el epicentro del conflicto y México está en medio de una batalla, donde el crecimiento económico será el principal sacrificado.
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Periodista
Director de RedFinanciera
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